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martes, 15 de octubre de 2013

Carta al Público

Si voy de público a un concierto, voy a darlo ¡¡¡TODO!!!  ¡¡SIIIIII!!! Me escucho los temas durante una semana, incluso llego a aprenderme las letras de las canciones que no me sé, para poder ¡¡¡¡¡DARLO TODO!!!!! y que la experiencia sea una experiencia de ¡¡¡¡LA OSTIA!!!! y no pienso: pero si yo no soy músico y no tengo ni puta idea de componer. Me importa un carajo, no me juzgo, porque voy a ¡¡¡DARLO TODO!!! y a ponerlo todo para que, con los músicos, pegarme un viaje ¡¡¡DE PUTA MADRE!!!. 

¡¡¡¡¡SIIIIIIIIII!!!!!

Pues, ¡¡¡¡EN EL TEATRO LO MISMO!!! Vamos a ir al teatro ¡¡¡A DARLO TODO!!! para, con los actores, pegarnos ese viaje ¡¡¡DE PUTA MADRE!!! Vamos a dejarnos de snobismos, de postureo, de dudar si: ¡Ay! ¿pero si no lo entiendo?, de hacernos el cultureta, o peor, ser uno del gremio del artisteo y juntar todo lo anterior, sentarme en la butaca, cruzar las piernas, apoyar el codo en la rodilla, la barbilla en la mano, el mentón en el dedo índice y pasarme toda la función juzgando lo que estoy viendo sin ser en ningún momento partícipe, sino construyendo un muro que no hay Dios que lo rompa. Hay que dejarse ir, al igual que en un concierto. Hay que ser un público activo en el teatro, porque sin nosotros, público, no hay teatro, puede que haya una representación, pero no esa comunión llamada Teatro.

Los actores y actrices van a darlo todo. Como decía Zaira Montes, compañera-actriz, van a salir a matar o a morir, no hay otra opción. Y si los actores no salen así, como público lo tenemos muy fácil... me remito a la imagen de la izquierda. Si como público vamos a la función a darlo todo, al igual que los actores, lo que se produce en las salas de teatro es acojonante. Doy fe. Lo he vivido desde los dos lados, como público y como actor. Este fin de semana pasado, como actor, en La Puerta Estrecha, fue mi última experiencia, los actores lo estábamos dando todo, y el público también. Y entonces se produce el hecho Teatral.

Yo empecé en el teatro como público apasionado. Alucinaba con mucho de lo que veía o leía. Era inevitable que me precipitase en ese mundo. Comencé a estudiar en escuelas, adquirir técnica, etc. A la vez que me iba formando como actor, me iba convirtiendo en un gilipollas como público. Iba al teatro y me ponía en la posición del artista del gremio, el del segundo párrafo del artículo, en lo que veía siempre faltaba energía, faltaba presencia, faltaba composición, faltaba atmósfera, faltaba, faltaba, faltaba... Al igual que la gilipollez vino, también se fue yendo. Menos mal. Desde hace tiempo, como público, me entrego a lo que se me ofrezce desde la escena, de casi todas las funciones que he visto en estos últimos años me he llevado a casa cosas cojonudas, viajes por emociones, reflexiones personales, divertimento puro, sano y saludable, debates intelectuales y políticos, poesía, mucha poesía... Es verdad que no he visto "La puesta en escena perfecta", también es verdad, que desde que cambié mi actitud como público, del teatro me he llevado maravillas gracias a la comunión de la que hablaba antes.

Como dice una gran maestra de actores, a los que le gusta el fútbol y pagan por ir al estadio, hay días que no ven ni un gol, pero coño, lo dan todo desde la grada (no lo dice con estas palabras). Y nosotros público, que en general no vamos al fútbol, hemos tenido el acierto de apostar por el Teatro. Pues vamos a ¡¡¡¡DARLO TODO!!!!

Por último, gracias a La Puerta Estrecha, a Eva Varela, Jose Gonzalo Pais, Sayo Almeida y al público que ha venido este finde a La Puerta Estrecha, gracias a ellos he creído conveniente compartir una reflexión más en este blog. Hacía 3 años que no lo hacía. 



lunes, 15 de febrero de 2010

Sobre los dos artículos anteriores. Aportación de Antonio de Paco

Antonio de Paco es actor, director y dramaturgo. Ha realizado trabajos con su compañia, "Imaginaria Teatro" y ha sido el Premio Marqués de Bradomín 2007 al mejor texto teatral por "Alguien silbó, y despertó un centenar de pájaros dormidos".

Pues, con el permiso de Toni concedido, ahí van unas cuantas reflexiones que me ha enviado por mail. Quiso dejar un comentario pero se le fue la mano con el número de caracteres, así que os lo transcribo integro aquí en el blog. El dice que "...son unos cuantos pensamientos sueltos, pero que tampoco estamos como para hacer una tesis doctoral". Yo creo que merece la pena compartirlos con vosotros.

De lo primero que habla es sobre "El actor y la diana" de Declan Donellan.


Un abrazo y muchas gracias Toni.

"Desde luego!! Una lectura, más que recomendable que yo he intentado recomendar también en alguna ocasión. Por cierto, Jorge Picó, hace referencia a los videos de la web de Donnellan, en los que reflexiona sobre algunas cuestiones. Si un alma caritativa, tuviera a bien traducirlos o resumirlos, sería de gran ayuda. Mi nivel de inglés, todavía me lleva a entender la mitad o menos de la mitad...No cabe duda de que las reflexiones de Donnellan son de una sutileza extraordinaria. Es siempre muy lúcido y creo que tiene una visión global de la interpretación, tan simple como inexpugnable. Tras la lectura, uno dice: Qué razón tiene este tipo.

Eso sí: la cuestión de saber focalizar cúal es el problema concreto que nos está bloqueando, suele ser el mayor problema. Es cierto que uno puede probar,reflexionar en casa y luego aplicarlo a la siguiente función, como comentabas en la anterior entrada, pero a veces esto lleva a estar demasiado pendiente y aborta toda posibilidad de escucha. Probablemente, tu amigo preocupado, necesite respirar un poquito, bajarse del personaje y estar atento a otra clave fundamental: la reacción, más que la acción. O quizá este no sea el problema de tu amigo y sólo sea el motor para mi reflexión (más bien lo segundo).

De todas formas, voy a compartir lo siguiente, sin pararme demasiado a pensar, a ver dónde lleva. Creo que a veces estamos tan preocupados de accionar, que nos olvidamos de todo lo demás. Concretamente, muchos actores que estudiamos en la escuela de Mar Navarro, confundimos el juego con la necesidad de hacer.

En este punto, perdónenme los otros lectores del blog voy a hacer hincapié aunque parezca excluyente. Lo explico: La pedadgogía de la escuela tiende hacia un actor que propone en todo momento, que juega, un actor creador que gesta el espectáculo casi sobre el suelo de la la sala de ensayos. Muchas veces este afán es muy bueno para hallar. Otras veces la capacidad de propuesta tiende a prejuzgar y sacar conclusiones precipitadas. La voluntad de hacer, unida a las herramientas nos hace entrar proponiendo, una manera de hablar, una manera de movernos, una energía desbordada. En realidad, de esta manera, lo único que hacemos es bloquear esa escucha fundamental que también forma parte del proceso creador. Otras veces lo que funciona en mí, no funciona en interacción con mis compañeros. Tratamos de tirar, de meter más o menos energía, de alterar los ritmos... pero seguimos aferrados a la base fundamental. A veces, creo que deshaciéndonos de la idea que llevábamos de nuestro personaje, surge la chispa, y para deshacer esta idea hay que sentarse, pensar en la frase que ha soltado nuestro compañero, meterla en el cuerpo y sólo después hablar. El personaje, aunque nos parezca que ha surgido del juego, sólo ha sido obligado a jugar, y en realidad, no se diferencia mucho de una vía más mental, en la que antes hacemos una tesis.

Es verdad que a veces la dirección de escena es la que nos lleva por caminos incorrectos. En este caso, yo sospecho que pasa lo mismo. El director ha decidido de antemano que la interpretación iba a dirigirse "en clave de" "con un ritmo de" "que los perdsonajes iban a moverse como" Quizá incluso un director inexperto puede leer una comedia donde había otra cosa y ese terreno excluido, ha motivado apartar una serie de posibilidades muy válidas y abrir una vía equivocada ya desde un principio....Buuuuuf, es complicado el tema y en última instancia debemos aceptar que hay un misterio que en algún momento es revelado con la experiencia...un click profundo que parecen haber tenido los buenos actores en un momento de su vida. Yo creo que la reflexión es buena, en cualquier caso, siempre que la dejemos, estoy de acuerdo con Samu, antes de salir al escenario.

Muchos de los grandes hombres de teatro han dado mil vueltas a todas las cuestiones que ahora nos planteamos, supongo que para llegar a ese click, como Shidarta,el personaje de la novela de Hesse, que al final de su vida intentando encontrar la verdad, se queda a vivir a la orilla del río, y contempla el río, se hace río, "hace cuerpo con el río", que diría Lecoq.

Mis más sinceras felicitaciones al bloguero.
Gracias por invitarnos a la reflexión.
Yo, por mi parte, intentaré aportar lo que pueda,cuando pueda, y si es posible de una manera más rigurosa que este torrente de palabras
Abrazo "

De nuevo, muchas gracias Toni.

Por último, en el blog de Ernesto Arias, que yo sigo y os lo recomiendo, está colgada una entrevista a Declan Donellan con subtítulos en castellano.

Un saludo a todos.