martes, 30 de marzo de 2010

Sobre el poder otorgado al actor

Antes de salir a escena.

Uno: (Inquieto, sin parar de moverse) ¿Pero, por qué cojones me dedicaré yo a ésto?.

Otro: (Impasible, inmóvil, cómo un árbol que ha enraizado profundamente) No me acuerdo de nada.

Un tercero: (Muy enérgico. Como un entrenador de fútbol le habla a "Un cuarto") ¡Venga, va! ¡A jugar, eh! ¡Dame un abrazo cabrón!

Un cuarto: (Silencio. Ni le mira).

Un quinto: (Encerrado en el lavabo) ¡¡ Joder !! ¡¿Quién ha terminado el papel higiénico?!! ¡¡El que lo acabe que lo reponga!!

Sus intestinos han llegado a funcionar a un ritmo que ni en los anuncios publicitarios de cereales ricos en fibra.

Y esto lo he visto (y vivido). También están los que se toman sus licorcitos, y no es una leyenda urbana, otros ejecutan rituales muy extraños, etc, etc.

¿Por qué sucede esto? Durante todo el trabajo, normalmente de meses, previo al teatro con el público, todo va bien. Todo el proceso de entrenamientos, ensayos en los que se llega a los acuerdos guiados por la dirección, los momentos de exaltación e ilusión, los momentos de discusión, los momentos de estar perdidos, los hallazgos que encarrilan de nuevo el trabajo, en definitiva lo que es el proceso en sí de una creación escénica, durante este proceso no aparecen esos nervios, quizás un poco en los primeros ensayos pero nada más.

¿Qué pasa entonces cuando aparece la figura del público? Pues creo, y de nuevo vuelvo a estar de acuerdo con Ernesto Arias , que aparece la figura del "poder". El poder entendido como: "dominio, imperio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo" (según la RAE).

El público nos otorga el poder. Y el poder, en muchos casos, acojona. No es sólo que nos otorgue el poder, sino que exige que ejerzamos ese poder, para eso han pagado su entrada. Y en el momento de ejercer el poder es cuando a uno le asaltan todas las inseguridades.

¿Y cómo afrontar éste poder otorgado? Pues por supuesto que yo no tengo la clave. Hace algún tiempo que ya no me asaltan esos nervios tan jodidos. Lo que hago es ser consciente de ese poder y salir a escena a disfrutarlo. Ser consciente de en que punto está el espectáculo, en que punto estoy yo y apoyarme en la confianza en mi trabajo y el de mis compañeros, y sobre todo la despreocupación con un poco de descaro (que no falta de respeto) para poder estar siempre en juego y alerta y no preocupado y bloqueado.

Hay una cosa que sí tengo clara, yo salgo a escena a disfrutar. Creo que si disfruto con mi trabajo ya tengo algo de terreno ganado para que el espectáculo llegue a esos extraños señores que nos otorgan tanto poder. Y además me lo paso bien.

María del Mar Navarro le he escuchado una referencia al fútbol antes de las muestras de su escuela. Dice algo así como: Intentaremos ver un buen partido, o si no, al menos, algunas buenas jugadas.

Pues, a ejercer el poder.

P.D.: Esto es para los alumnos y exalumnos de Mar Navarro que siguen el Blog. No sé si os habéis enterado que desde Colectivo Mu, han creado un foro para los actores que hemos salido de la escuela en el que poder intercambiar información, material, y demás. Me parece una iniciativa muy interesante y creo que os puede interesar. El foro es este http://colectivomu.foroactivo.com/